jueves, 8 de mayo de 2014

Un baño parisino en la buhardilla



¿Estamos en París? No. Estamos cerca de Ávila. Este baño abuhardillado nos traslada en el tiempo y el espacio. Un rincón lleno de luz para descansar y cuidarse con vistas al campo.
A kilómetros de distancia del ruido y con vistas a la sierra de Gredos, muy cerca de Ávila, este baño tiene un aire bohemio. Decorado por Leticia Marín, “podría ser una buhardilla parisina pero en mitad del campo”, afirma Pablo Álvarez de Lara, el arquitecto que reformó la casa y que creó casi una nueva vivienda independiente en la planta superior. Este baño forma parte de ella, comunicado con un despacho-vestidor y con el dormitorio principal. En toda la planta se logra un espacio abierto con mucha luz natural, que permite “jugar con las perspectivas y las diagonales”, cuenta el arquitecto. Como nexo, el suelo de roble da continuidad a las estancias y en el baño se combina con el granito negro sudafricano de la bañera, con baldas inferiores para libros y revistas.

Bienestar y descanso.

La idea fue repensar los usos del baño, pues, como dice Pablo, “el campo no tiene horarios”. Por eso se incorporaron elementos para el descanso. La ducha, espaciosa y con pavimento de granito negro, como el de la bañera, se sitúa tras ella, separada por una mampara de cristal. Un biombo de persiana mallorquina separa la zona del inodoro y una estructura de hierro y cristal sirve para guardar toallas y enseres. El mueble bajolavabo –una original mesa de castaño pintada en blanco y con un look campestre inglés– y la ventana circular de la fachada, a la altura de la bañera, permiten disfrutar con tranquilidad del baño y del paisaje.

Ducha y bañera.
Separadas y a la vez comunicadas por una mampara de cristal que permite el paso de la luz.


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